Nicolás Francella: “No me sale el rol de galán”
A los 26 años, actúa en Las Estrellas, está enamorado y tiene grandes proyectos para el 2018. Humor, carisma y talento, un bien de familia.
Apenas dice “¡hola!” es imposible que su voz no remita a la de su padre. Tiene el mismo tono rasposo y gestos prácticamente idénticos. Con buen humor, se dispone a hacer las fotos, pero aclara: “¡Entre la gente no. Mirá que soy retímido!”. Será por su histrionismo, pero Nicolás Francella no parece ser un chico vergonzoso. La está rompiendo en Las Estrellas, la ficción de Pol-Ka en la que hace de Federico, un bartender canchero y seductor. Viene de formar parte del elenco del film Los padecientes y está felizmente en pareja con una chica que no pertenece al medio. El hijo de Guillermo, tan talentoso como él, nos cuenta todos los secretos de su éxito.
¿Te reconocés en algo de tu personaje en Las Estrellas?
En el humor. Yo siempre entro por ese lado, sobre todo en lo íntimo, con una mujer. No me sale el rol de galán, no utilizo esa herramienta, me considero un tarado haciéndolo. Y también tengo un lado coqueto, igual que Federico.
¿Con humor conquistaste a Candela, tu novia?
Jajaja, sí. ¡Es una historia larguísima! Es la primera vez que estoy re de novio. Y muy bien. Cuando estoy con alguien estoy así a full, sin vueltas. Ya va un año y unos meses, pero la historia en realidad es muy, muy larga… a Candela la conozco desde hace siete años pero no la veía. Hay mucha historia cursi que me la reservo, y estoy muy contento.
Cuando insistimos para que nos cuente más sobre su pareja, Nico duda y no profundiza en detalles, sugiere que fue un ir y venir de mucho tiempo. Se sonríe y, amablemente, cambia de tema.
¿Hay planes de convivencia?
Por ahora no, yo vivo solo hace dos años y medio y estoy muy bien en mi casa.
¿Cómo es para vos una gran cita?
Que nada sea forzado. Que haya una buena comida, me gusta cocinar a mí, por eso prefiero que sea en una casa.
¿Cómo fue tu infancia?
Tuve una infancia espectacular con mi familia (mis padres y mi hermana menor Yoyi, de 23 años) y mis amigos de la escuela. No era gran alumno, era un poco vago, aunque tampoco era un desastre… ni el rebelde ni el abanderado, era un término medio.
¿Cuándo y cómo supiste cuál era tu vocación?
Cuando llegó el momento no sabía qué tenía ganas de hacer. Empecé estudiando Publicidad y paralelamente hacía teatro a la noche y laburaba en producción de televisión. Hasta que Marcos Carnevale me convocó para un casting para la película Corazón de León y eso cambió todo. Después surgieron otras oportunidades y ahí arrancó un camino que no paró.
¿Hubo influencia de tu padre?
No, fue un recorrido propio. Consejos hubo miles, obvio. Cuando dudé me dijo que es una carrera difícil, inestable e insegura. Que te podés comer la piña en cualquier momento y quedarte en bolas. Lo más difícil es la falta de continuidad y sobre todo convivir con los tiempos de ocio. Yo por suerte desde que arranqué a laburar no paré. Es una profesión que si realmente no disfrutás, la pasás muy mal. También hay mucha competencia, en lo bueno y en lo malo, por eso hay que tener una personalidad fuerte. Pero si te gusta y podés vivir de eso, está buenísimo.
¿Cómo llevás el hecho de ser el hijo de Guillermo Francella?
Somos muy unidos, muy amigos, tenemos una relación muy buena. Es más una pregunta que me hacen que un proceso mío interno. Actuar con él fue lo mejor. Fue un placer y una experiencia muy enriquecedora. Pero cuando me tocó ser su productor en El hombre de tu vida nos matábamos. En ese momento vivíamos juntos, teníamos que estar grabando a las 8 de la mañana y él me decía: ¡No, no… voy a las 9! Y ahí empezaban las discusiones, porque yo era repuntual y quería que estuviera a las 8, jajaja. En la película (Corazón de león) ya no, yo estaba debutando en cine y fue una experiencia increíble, en todo sentido. Tenía 21 años y me marcó para siempre.
¿Qué es lo mejor y lo peor de tu profesión?
Me parece que lo bueno que tiene ser actor es que resulta una experiencia lúdica constante en la que te transformás todo el tiempo. En Las Estrellas me divierto mucho. La contra es lo duro que puede ser, ya que tal vez ciertas elecciones laborales condicionan lo que viene después, quiénes te convocan para un papel y quiénes te dejan afuera. Eso es medio estresante porque es como un juego de ajedrez: si agarro esto, mañana no me van a llamar para aquello. Es una profesión en la que te vas armando entre los 20 y los 30 para llegar a los cuarenta y pico bien parado, con algo construido por si tenés que comerte la piña a esa edad. Si no hacés las cosas bien, empezás a no ser convocante y es difícil de revertir.
¿Cómo te llevás con la fama?
Es parte de la profesión, la llevo bien, pero no me vuelvo loco.
¿Qué proyectos se vienen a corto plazo?
Hay dos películas para el año que viene, pero todavía no puedo adelantar nada.
PING PONG
¿De qué cuadro sos?: enfermo de Racing
¿Un trago?: whisky
¿Un plato?: una entraña con papas fritas
¿Un hobby?: cocinar o jugar al fútbol
¿Idiomas?: inglés
¿Actor preferido?: Robert de Niro
¿Tu mayor virtud?: soy buen consejero
¿Tu peor defecto?: la ansiedad
¿Una rutina para irte a dormir?: bajo todas las cortinas y prendo la tele 5 minutos, después la apago ¿Para empezar el día?: tele para mirar el pronóstico y ducha
¿Qué te pone feliz?: los amigos y la familia
¿Qué te pone triste?: ilusionarme con cosas que se pinchan
¿Alguna manía o TOC?: todas las cortinas niveladas simétricamente
¿Si no fueses actor, qué serías?: arquitecto
¿Quién fue tu primera novia?: Connie, a los 14 años
¿Una fantasía?: viajar mucho (Bora Bora e Islas Maldivas)
¿Un permitido?: Winona Ryder
¿El secreto de la felicidad?: vivir más simple
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